Nadie hubiera imaginado, que lo que en un principio fue un club de regatas y remo, se convertiría casi por casualidad, en uno de los máximos equipos referentes del fútbol brasilero. Todos los fanáticos que compran entradas para Flamengo saben que van a encontrar en la cancha un verdadero campeón, el mismo que ganó la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental. El mismo que obtuvo el tricampeonato consecutivo en cinco oportunidades de la Copa Carioca. Y el que hace resplandecer el estadio Maracaná con los colores rojo y negro.
El más querido de Brasil
Así se hacen llamar los rojinegros. Y motivos no le faltan, con más de cuarenta millones de fanáticos en todo el mundo, que compran entradas para Flamengo, nunca le falta quien lo aliente con una devoción única. Flamengo nació del descontento de un grupo de jugadores del Fluminense FC el 24 de diciembre de 1911, y el 3 de mayo de 1912 jugó su primer partido, derrotando al Mangueira. En el año 1921, ganó su segundo bicampeonato de la Copa Carioca y en 1925 obtuvo seis títulos en el fútbol profesional. Su consagración internacional fue en 1941, cuando jugó el Torneo Hexagonal de la Argentina y más tarde, en 1981, una vez más brillaría en otras latitudes ganando la Copa Libertadores. Pero América les quedó chica y en un histórico partido contra el Liverpool FC se convirtió en el segundo equipo brasilero campeón del mundo. A pesar de que en los últimos años su rendimiento deportivo no es parejo, el Flamingo brilla, porque la luz de las estrellas tardan milenios en extinguirse.
La rivalidad que pasó del remo al fútbol
Tanto el Flamengo como el Botafogo tuvieron sus orígenes en la práctica del remo como deporte. Y ahí nació este derby, que persiste hoy en día en ambos deportes, llamado el clásico de la rivalidad. Los números hablan por si solos: se enfrentaron cinco veces en la final del Campeonato Carioca; Heleno de Freitas marcó 22 goles contra el Flamengo; disputaron 303 partidos cuyos resultados fueron 110 victorias rojinegras y 93 para el Botafogo. Uno de los partidos más recordados entre estos dos equipos se llevó a cabo el 15 de noviembre de 1972, con un contundente resultado de 6-0 a favor del Botafogo. Nueve años después, el Flamengo obtuvo su revancha derrotando a su eterno rival con el mismo resultado. Dicen que el Maracaná explotó, que los brazos de los adeptos que compraron sus entradas para Flamengo se elevaron al cielo en señal de agradecimiento y que los ángeles como respuesta bailaron batucada.
Nombres como Zica, Romario y Dida quedarán para siempre enlazados con uno de los clubes más importantes del fútbol no solo brasilero, sino americano. Un club que construyó su historia sin perder de vista el amor por la pelota y por la camiseta, esa que no se cambia, esa que logró que personas de otros países la luzcan orgullosos, como una manera de rendir tributo al buen fútbol.
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